Finlandia tiene la suerte de ser una economía muy industrializada, que explota recursos naturales forestales y desarrolla tecnologías. Sus principales industrias se concentran en el procesamiento de la madera, los metales, la ingeniería, la electrónica, las telecomunicaciones y el diseño. Como punto aparte se puede considerar un incipiente desarrollo agrícola de bienes primarios y la silvicultura de exportación.
Como todo país globalizado, Finlandia no queda fuera de esa dinámica y también es una economía que depende en algunas de sus industrias, de la importación de materias para producir y procesar sus productos.
En la actualidad, Finlandia es un país muy rico, que ha logrado posicionarse como una economía firme a pesar de las severas crisis que han afectado últimamente al globo entero, además es de destacar que Finlandia es uno de los países menos corruptos del mundo, no es habitual ver como una entidad se cubre las espaldas unos a otros cada vez que suceden hechos cuestionables.
El sistema valórico finés les ha permitido surgir de un modo sustentable en el tiempo, la población cree en las intenciones de sus políticos porque le cumplen sus promesas y al menos hacen el esfuerzo de no cometer errores, y si los cometen, los reconocen y proponen soluciones para remediarlos, cosa que muy rara vez se verá en alguna de las economías subdesarrolladas, debido a la necesidad de coludirse para sobrevivir primero ellos como personas, y si es que les queda cara, actuar como si se de veras les interesara el pueblo del cual seguramente obtuvieron votos a cambio de pequeños y no tan insignificantes favores “políticos” (favores que se dan en toda esfera, económica, social, sexual, etc.)
Foto: secretia